Carlos Caballero: un pintor cubano de paleta europea
- Claudia Taboada Churchman
- May 6, 2022
- 6 min read
Updated: May 29, 2022
Entrevista a Carlos Caballero
[2014.12]
¿Crees que subyace en tu obra una preocupación autorreferencial?
Sin duda alguna está presente esta preocupación autorreferencial. Hace algunos años pensaba que la historia personal de un artista debía de estar llena de acontecimientos significativos y relevantes para que estos fueran llevados al plano artístico. En algún momento miraba dónde había en mi vida vivencias de esta índole, por algún momento pensé que carecía de estas. En la serie Autobiographical memory (2013) comencé a utilizar experiencias propias, pero no solo a partir de memorias reales, sino también de memorias falsas que de alguna manera me las atribuía como propias.
Los retratos de la serie Les bulles de l’amour (homage to René Magritte) 2009-2013, elaborados a partir de la ausencia de los rostros o de su indefinición, respiran el elemento onírico y pérfido de las imágenes surrealistas y conceptuales. ¿Por qué la necesidad de recurrir a estas tendencias de la historia del arte? ¿Qué otros discursos intentas evocar desde ellas?
Esta serie de retratos a primera vista podrían pasar como imágenes surrealistas, pero en realidad los modelos representados están de espaldas vistiendo sus ropas al inverso, el cambio de postura del modelo crea este extrañamiento en el espectador. Las ropas invertidas crean un puente sutil con una camisa de fuerza utilizada para la figura del “loco”. El acto de representar a estos modelos de espaldas refiere a una lectura dual, por una parte estos dan la espalda al espectador y a la vez convidan a estos a contemplar lo que contempla eternamente el modelo representado, lo cual en muchas de las piezas es solo un espacio pictórico.
Este proceso viene desarrollándose en mi obra desde las piezas de los “retratos grises” de la serie Persona que realicé estudiando en el ISA. Estaba tan agotado del malestar que estos retratos me causaban debido al mismo color gris, la acumulación de estos con sus aspectos borrosos y fantasmagóricos que en un momento los volteé para no verlos por un tiempo. La intriga que me produjo el acto de voltearlos y posteriormente desear verlos nuevamente fue una de las motivaciones que conllevó a la investigación de la serie Les bulles de l’amour (homage to René Magritte) 2009-2013.

Esta preocupación por la subversión del género del retrato ha sido una constante en gran parte tu obra. ¿Cuándo comenzaste a trabajar este tema? ¿La serie de los tatuajes podría considerarse una de las primeras investigaciones al respecto?
Desde muy temprana edad sentí cierta atracción hacia el género del retrato. Desde que estudiaba en la escuela de nivel medio de artes plásticas en la ciudad de Camagüey comencé a sentir el deseo de realizar piezas donde el retrato tuviera un roll protagónico en mis piezas. Pero la verdad es que sí, fue posterior con la pieza Retratuarte (2004), a mi entender esta fue una de las piezas que reflejaba con más precisión todas las investigaciones que había estado realizando desde años anteriores. Esta pieza comenzó con visitas a las casas de varios de los tatuadores más conocidos en Camagüey, con el propósito de documentar el proceso y las expresiones de las personas a las cuales les estaban realizando tatuajes. Posteriormente con varias de las imágenes que tomé, de referencia a estas imágenes que captaban las expresiones del momento de dolor, y usando tintas vegetales, agujas y una máquina de tatuar, es decir, los mismos implementos para realizar tatuajes en personas, realicé estos retratos tatuados sobre el lienzo. El retrato en estos lienzos era una representación del dolor sin dolor.
Tus piezas han dado un vuelco muy diferente de lo que hacías en Cuba, aunque siguen respirando ese aire surrealista inicial, pero ya no aparecen los planos concentrados únicamente en personas. ¿Estos recientes proyectos con apariencia de “paisajes” podrían considerarse una ruptura con el género del retrato o una transición hacia el paisaje?
Cuando estaba en Cuba de alguna manera sentía que el género del retrato estaba muy a fin con mis preocupaciones, donde una y otra vez volvía la preocupación por la historia del arte, y en ella donde poder explorar aún. Siento que por este proceso por donde ha pasado el desarrollo de mi trabajo hasta ahora era necesario.
Las últimas piezas que he estado haciendo en estos tiempos refieren a ciertos paisajes mentales del individuo. Por ejemplo, Disposition I (2014) es una pieza que representa un interior donde todo se dirige hacia la esquina izquierda representada en un espacio que recuerda a una habitación con paredes de un tono de verde, el proceso de la pieza estaba asociada a donde mi visión y mi condición de pintar con la mano derecha sintiera hacia cuál dirección fluía la energía en ese momento, en el proceso de la pieza. Al comienzo era una habitación vacía, posteriormente fui disponiendo donde debían estar ubicados estos elementos, algunos son reconocibles como muebles de una casa, otros tienen una morfología más abstracta.
¿Con qué galería te encuentras trabajando? ¿Qué te ha aportado tal experiencia para tu crecimiento como artista?
Actualmente me encuentro trabajando con TUB Gallery, es una galería joven que se encuentra en Wynwood, Miami. Mi experiencia con la galería aún es muy poca, pero algo sí he sentido, y es que la relación de un artista con una galería debe de ser algo muy cercano, una relación como con un buen amigo, ya que esta(s) tienen un papel importante en el crecimiento de la carrera de un artista.

En el artículo El Caballero Carlos en la lógica de su silogismo pictórico, su autor, Antonio Correa Iglesias afirma lo siguiente: “Suspendido en la distancia, en la incestuosa voracidad de las nacionalidades, el discurso pictórico y narratológico de Carlos Caballero -espero equivocarme- tiene muy poco que ver con lo cubano, al menos, con lo cubano en el sentido tradicional del término”. ¿Crees ciertamente responder únicamente a códigos internacionales? ¿Acaso el propio discurso de la búsqueda de una identidad no está hablando de la realidad cubana en la actualidad? ¿Cuáles son tus consideraciones?
Siento que sería oportuno mencionar las experiencias que he tenido desde que estudiaba en el ISA en relación a esta pregunta.
Recuerdo haber escuchado una y otra vez este comentario: “…tus pinturas tienen la apariencia de una pintura hecha por un artista europeo, desde la misma gama de color hasta por el mismo tratamiento en ellas…”
Por otra parte, desde que llegué a Gent, ciudad que se encuentra en Flanders, comencé a escuchar que mi pintura parecía una pintura hecha por un pintor flamenco. Escuchar esto en varias ocasiones, también acá en Flanders, ha sido algo que me ha llamado la atención, ya que la formación que tuve desde temprana edad en la escuela de artes plásticas en Camagüey estaba más asociada a la escuela de la antigua Unión Soviética.
Raúl Cordero me comentaba hace poco tiempo atrás acerca de las últimas pinturas que he estado haciendo en Bélgica: “…es increíble cómo la luz en Bélgica (y probablemente también los materiales) están cambiando tu paleta. Estás pintando con una sensibilidad de color más europea que muchos pintores nacidos ahí…”
La pintura… tu arma certera, aunque algunas incursiones en lo objetual y lo instalativo están apareciendo puntualmente en tu obra. ¿Qué relación guardan con tus trabajos pictóricos? ¿Podrían considerarse maquetas o bocetos de las pinturas o productos artísticos autónomos?
Me resulta interesante esta pregunta, ya que justamente estas maquetas surgen a partir del mismo proceso con la pintura. En el momento en que estos objetos surgen mi trabajo anterior estaba más en relación con la fotografía, usaba fotografías como referencia para producir las pinturas cuando necesitaba un escenario o un modelo que no tenía a mi alcance. Algunas personas me recomendaron el uso de programas de 3D para crear estos bocetos de referencias, pero la verdad es que sentí que no era lo que deseaba. Posteriormente surgen estas maquetas, las cuales eran solo en el comienzo pura referencia como modelos para las pinturas, después observé que estas no eran solo referencias, sino también una parte del proceso en general del desarrollo de mi trabajo. Sólo con el tiempo vi que estas también eran piezas con propia autonomía.
¿Has considerado el retorno a Cuba como artista?
Siempre he deseado mostrar en Cuba, guardo recuerdos muy agradables de las muestras en las que participé durante el tiempo que estudiaba en el ISA. Una de las últimas muestras en las que estuve fue Torbellino II, curada y organizada por Dannys Montes de Oca en Galería Habana. Me gustaría ver cómo estas nuevas obras que he estado haciendo en los últimos años dialogarían en el contexto artístico de Cuba.
Coméntanos sobre tus proyectos futuros…
En este momento me encuentro trabajando en nuevas piezas para una muestra personal, que llevará por título Desertic abundance, el próximo 7 de febrero del 2015 en un espacio llamado Salon Blanc, en Ostend, Bélgica. Esta muestra estará bajo lo curaduría de Els Wuyts, quien trabajó por varios años para el museo S.M.A.K. en Gent. En ella se mostrarán pinturas, maquetas y dibujos. Posteriormente, tendré otra personal en la ciudad de Wevelgem, también en Bélgica. En el transcurso del año otras muestras colectivas aún por definir...
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